El árbol de lilas
María Teresa AndruettoIlustraciones de Liliana Menéndez
Para Alberto
UNO
Él se sentó a esperar bajo la sombra de un árbol florecido de lilas.
Pasó un señor rico y le preguntó: ¿Qué hace sentado bajo este árbol, en vez de trabajar y hacer dinero?
Y el hombre le contestó:
Espero.
Espero.
Pasó una mujer hermosa y le preguntó: ¿Qué hace sentado bajo este árbol, en vez de conquistarme?
Y el hombre le contestó:
Espero.
Espero.
Pasó un niño y le preguntó: ¿Qué hace Usted, señor, sentado bajo este árbol, en vez de jugar?
Y el hombre le contestó:
Espero.
Espero.
Pasó la madre y le preguntó: ¿Qué hace este hijo mío, sentado bajo un árbol, en vez de ser feliz?
Y el hombre le contestó:
Espero.
Espero.
DOS
Ella salió de su casa.
Cruzó la calle, atravesó la plaza y pasó junto al árbol florecido de lilas.
Miró rápidamente al hombre.
Al árbol.
Pero no se detuvo.
Había salido a buscar, y tenía prisa.
El la vio pasar,
alejarse,
volverse pequeña,
desaparecer.
Y se quedó mirando el suelo nevado de lilas.
alejarse,
volverse pequeña,
desaparecer.
Y se quedó mirando el suelo nevado de lilas.
Ella fue por el mundo a buscar.
Por el mundo entero.
Por el mundo entero.
En el Este había un hombre con las manos de seda.
Ella preguntó:
Ella preguntó:
¿Sos el que busco?
Lo siento, pero no,
Lo siento, pero no,
dijo el hombre con las manos de seda.
Y se marchó.
Y se marchó.
En el Norte había un hombre con los ojos de agua.
Ella preguntó:
Ella preguntó:
¿Sos el que busco?
No lo creo, me voy,
No lo creo, me voy,
dijo el hombre con los ojos de agua.
Y se marchó.
Y se marchó.
En el Oeste había un hombre con los pies de alas.
Ella preguntó:
Ella preguntó:
¿Sos el que busco?
Te esperaba hace tiempo, ahora no,
Te esperaba hace tiempo, ahora no,
dijo el hombre con los pies de alas.
Y se marchó.
Y se marchó.
En el Sur había un hombre con la voz quebrada.
Ella preguntó:
Ella preguntó:
¿Sos el que busco?
No, no soy yo,
No, no soy yo,
dijo el hombre con la voz quebrada.
Y se marchó.
Y se marchó.
TRES
Ella siguió por el mundo buscando, por el mundo entero.
Una tarde, subiendo una cuesta, encontró a una gitana.
La gitana la miró y le dijo:
Una tarde, subiendo una cuesta, encontró a una gitana.
La gitana la miró y le dijo:
El que buscas espera, bajo un árbol, en una plaza.
Ella recordó al hombre con los ojos de agua, al que tenía las manos de seda, al de los pies de alas y al que tenía la voz quebrada.
Y después se acordó de una plaza, de un árbol que tenía flores lilas, y del hombre que estaba sentado a su sombra.
Y después se acordó de una plaza, de un árbol que tenía flores lilas, y del hombre que estaba sentado a su sombra.
Entonces se volvió sobre sus pasos, bajó la cuesta, y atravesó el mundo. El mundo entero.
Llegó a su pueblo, cruzó la plaza, caminó hasta el árbol y le preguntó al hombre que estaba sentado a su sombra:
Llegó a su pueblo, cruzó la plaza, caminó hasta el árbol y le preguntó al hombre que estaba sentado a su sombra:
¿Qué hacés aquí, sentado bajo este árbol?
Y el hombre dijo con la voz quebrada:
Te espero.
Después él levantó la cabeza y ella vio que tenía los ojos de agua,
la acarició y ella supo que tenía las manos de seda,
la llevó a volar y ella supo que tenía también los pies de alas.
la acarició y ella supo que tenía las manos de seda,
la llevó a volar y ella supo que tenía también los pies de alas.
Liliana Beatriz Menéndez es artista plástica e ilustradora de libros para niños. También escribe y publica artículos y pequeños ensayos acerca del tema de la ilustración en los libros para niños, lectura de imágenes y análisis de obras de autores-ilustradores. Es miembro del Foro de ilustradores. Ilustró más de 60 libros para niños y sus ilustraciones más conocidas son las que realizó para los libros de Graciela Montes en las colecciones de Mitología Griega y los Cuentos de las Mil y una Noches. Actualmente vive y trabaja en Córdoba, su lugar de nacimiento. Su página web es: www.lilianamenendez.com.ar y sus correos son: lilianamenendez@hotmail.comy liliana@lilianamenendez.com.ar
Artículos relacionados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario